CASA DE PREDICACIÓN
Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero
¿POR QUÉ ANUNCIAR EL EVANGELIO?
«Evangelizar constituye es la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda», escribió Pablo VI en la Exhortación Evangelii nuntiandi de 1975.
«La fe nace de la predicación, y el mensaje de Cristo es lo que se predica, dice san Pablo a los romanos». Y razona así: «Quienquiera invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarán, si no han creído en él? ¿Cómo creerán, si no han oído hablar de él? ¿Cómo oirán, si nadie les anuncia? ¿Cómo anunciarán, si no los envían? Como esta escrito: ¡Qué hermosos son los pasos de los mensajeros de buenas noticias!» Esta fue la razón por la cual santo Domingo, a principios del siglo XIII en el sur de Francia, después de diez años de predicación itinerante, decidió fundar la Orden de Frailes Predicadores. En ese momento y ese lugar, la predicación había decaído notablemente y se había presentado una distorsión grave de la fe. Hoy en día, como señalaba el papa Pablo VI, y lo han reiterado sus sucesores Bene-dicto XVI, con la Exhortación sobre La Palabra del Señor, y Francisco con la suya sobre La alegría del Evangelio, es preciso redoblar la dedicación a anunciar la Buena Nueva de Jesucristo, todo el mundo, fieles del laicado, religiosas y religiosos, presbíteros y obispos. Queremos ofrecer en este sitio subsidios para una predicación ilustrada y elocuente.